RECURRENCIA

A pesar del tiempo transcurrido,
mi existencia lúgubre sigue pivotando
sobre el infiel de tu balanza
y mi vida en genuflexión sublima
aquella única noche de voluptuosidad.

Confieso que mi periplo insatisfecho
se recrea en un intervalo de fulgor grabado
y acaba recurriendo, iterativo,
al mismo instante en resonancia.

Con frecuencia me pregunto qué habría sido de mi destino
si, en la segunda ocasión, tus brazos como aspas de molino
no hubieran separado mis manos de tu pecho rebosante
cuando el mío ya había sido transverberado.

Reconstruyendo el escenario de los hechos,
intento asimilar la obstinación de mi memoria
y sigo buscando las causas de mis causas
en aquella eclosión de sensaciones,
cuando mi ánimo turbado se erizaba
al leve contacto con tu pálpito de lozanía,
cuando tus besos fueron del ansia el bálsamo
y en mis venas regadío.

Porque el resto de mi suerte solo ha sido,
en prórroga, una sala de reanimación
y recurro cada día a este singular recuerdo para salvarme
de la insoportable tensión de la medianía.

Por eso, espíritu que te apareces cíclico,
no consigo echarte de mi devenir, esfuerzo baldío,
ni reunir suficiente autosugestión
como para acallar el eco de aquella pasión amputada,
por muchas vueltas que dé a la venda
alrededor de una herida nunca cerrada.

Y por las veces que has encendido de llamarada
mis momentos cenitales…
por todo ello sigues presente, amor,
en la palabra que no ha muerto,
en un designio que sigue lleno de ti.

 

Esta entrada fue publicada en Poemas. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *